Las patologías dentales pueden causar dolor, infecciones o sensibilidad afectando así negativamente al descanso y al rendimiento del deportista,reduciendo su potencial.
Un novedoso estudio del University College of London nos muestra que el 40% de los futbolistas de la Premier League inglesa presentan caries, el 77% gingivitis y el 80% periodontitis; paradójico, cuando todos sabemos que en el mundo del deporte de élite, el cuidado físico es una de las prioridades diarias en cuanto a entrenamiento, salud y dietas y que la salud dental también juega su papel a nivel cardiaco y digestivo.
Especialcuidado deben tener todos los deportistas, jóvenes o adultos, que practican disciplinas con alto contacto físico como rugby, boxeo, fútbol americano, baloncesto o motor, donde hay un alto riesgo de traumatismos dentales, por lo que en estos casos, se recomienda el uso de protectores bucales.
Mención aparte merecentambién los nadadores, ya que el contacto diario con los compuestos químicos de la piscina como el cloro, puede ocasionar ligerastinciones en los dientes (especialmente los delanteros)causadas porlas alteraciones del pH.
Es importante señalar también que la mala colocación de los dientes puede provocar en el deportista serios problemas y no solo por el mayor riesgo de traumatismos en personas que presentan una mayor prominencia de los dientes hacia delante.
Un estudio reciente ha demostrado que los deportistas con muelas del juicio incluidas corren un riesgo cuatro veces mayor de sufrir una fractura de mandíbula durante las competiciones. Además, el encaje incorrecto de los dientes puede provocar alteraciones en la respiración de los deportistas (respiradores bucales) incrementando considerablemente el cansancio durante las pruebas.
La necesidad de revisiones odontológicas para tratar y prevenir patologías no sólo incumbe a los deportistas de élite, sino a todas las personas, niños y no tan niños, que disfrutan de la práctica de algún deporte.
Recuerda tener presentes estas recomendaciones, especialmente de cara a las vacaciones de verano, porque ¡prevenir es mejor que curar!