Según los datos oficiales de la Asociación Española del Sueño en nuestro país cerca de dos millones de personas padecen de apnea del sueño, y solo el 10% están diagnosticadas.
La apnea de sueño es una enfermedad muy frecuente. Se calcula que el 4-6% de los hombres, el 2-4% de las mujeres y el 1-3% de los niños la padecen.
La apnea del sueño afecta a las personas durante la noche, mientras duermen. Los enfermos que la sufren dejan de respirar al menos durante 10 segundos y esto ocurre de manera repetida a lo largo de la noche. Estas paradas respiratorias en ocasiones pueden durar incluso dos minutos. Durante las mismas no se oxigena el organismo porque no entra aire a nuestros pulmones.
Los síntomas más frecuentes, después de este sueño no reparador, fragmentado y con múltiples despertares, cabe destacar:
- El cansancio intenso, que puede estar acompañado de dolores de cabeza o irritabilidad.
- La disminución del rendimiento durante el día (en los niños disminuye el rendimiento escolar).
- La tendencia a quedarse dormido en las actividades de la vida cotidiana, incluso mientras conducimos.
En la apnea del sueño, estas paradas respiratorias son fácilmente reconocibles por la persona que duerme con el paciente, que relata un ronquido intenso seguido de un silencio absoluto del ruido respiratorio.
Para medir el número de paradas respiratorias utilizamos el índice de apnea-hipoapnea por hora, es decir, el número de paradas respiratorias que suceden por cada hora que dormimos.
Aunque es fácil de diagnosticar, menos del 10% de las personas con apnea de sueño están diagnosticadas y reciben tratamiento. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) hace un llamamiento para concienciar y sensibilizar a toda la sociedad, desde los pacientes, los médicos de atención primaria y especializada y a nuestras autoridades sanitarias para conseguir los recursos que permitan diagnosticar y tratar el síndrome de apnea del sueño.
El paciente debe saber que la apnea del sueño es una enfermedad prevenible y tratable. Si crees que puedes padecerla no debes dudar en consultar con un médico.
Tratar esta enfermedad es imprescindible para evitar las consecuencias negativas que produce sobre la salud general y también sobre la salud bucal, debido tanto a la sequedad bucal que se produce al dormir con la boca abierta como a la relación que guarda la posición de la mandíbula con el volumen de las vías aéreas, cuya modificación puede mejorar el cuadro respiratorio.
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